Avalancha por tala y minería indiscriminada en Leyte, Filipinas.
El 17 de febrero de 2006, se produjo una avalancha masiva de escombros y deslizamientos de rocas en la provincia de Leyte al Sur de filipinas. El deslizamiento de tierra mortal fue el resultado de la tala indiscriminada, 10 días de fuertes lluvias y un terremoto menor (magnitud 2.6 en la escala de Richter), la cifra oficial de muertos que se registró fue de 1.126.

Fue alrededor de las 10:30 del 17 de febrero del año 2006 que un acantilado en la falla filipina se derrumbó en un evento de movimiento masivo de tierra que, en combinación de desprendimientos de rocas y escombros, traslado y posteriormente enterró la aldea de Guinsaugon en el municipio de Saint Bernard, provincia de Leyte.
Durante la semana anterior en las cercanías de St. Bernard Hasta diez deslizamientos de tierra más pequeños habían ocurrido, la comunidad más afectada fue la comunidad de Guinsaugon. Entre las peores tragedias, producto de los deslizamientos, se menciona el entierro de la escuela primaria local, ubicada muy cerca de la cordillera, el deslizamiento de tierra ocurrió cuando la escuela estaba en clases y llena de niños.

De acuerdo al comunicado de la gobernadora provincial Rosette Lerias se indicó que en ese momento la escuela tenía 246 estudiantes y 7 maestros; después de que ocurrió el desastre, sólo un niño y un adulto pudieron ser rescatados inmediatamente.
Al mismo tiempo, cerca de 80 mujeres se encontraban participando en la celebración del quinto aniversario de la Asociación de Salud de la Mujer de Guinsaugon, todas ellas también se perdieron en el deslizamiento de tierra.
Así mismo, la gobernadora Lerias dijo que, a pesar de que varios vecinos habían abandonado la zona la semana anterior por temor a deslizamientos de tierra, muchos de ellos habían regresado cuando las lluvias habían disminuido.

Posteriormente el alud de tierra sepultó el pueblo filipino de San Bernardo, en la sureña isla de Leyte, su saldo fue centenenares de muertos, y finalmente se informó de que la cifra de desaparecidos superaba los 3.000, sólo se habían podido rescatar una veintena de cadáveres.
Las primeras imágenes del desastre fueron compartidas por la televisión filipina, las tomas desde el cielo de San Bernardo no mostraban señal alguna de la población, ni edificios ni tejados, menos aún vida. Tras visitar el área, la gobernadora de Leyte resumió "Toda la zona se encuentra sepultada por una montaña de barro.
Así pasaron las horas y Lerias indicaba que el lodo hacía imposible la movilización de maquinaria pesada, informó además que las operaciones de rescate avanzaban "muy despacio" ya que nuevamente había empezado a llover y además tuvieron que ser aplazadas debido a la falta de electricidad.

La zona afectada, en el sur de Leyte, se encuentra a unos 650 kilómetros al sureste de Manila.
Horas después de ocurrida la tragedia, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, dirigió un mensaje de un cuarto de hora de duración en cadena de televisión, en esta informó a la población sobre la tragedia de San Bernardo y prometió ayuda antes de 24 horas.
"Nuestros pensamientos y rezos están hoy con el pueblo del sur de Leyte. La ayuda está en camino, llegará por tierra, mar y aire. Pronto estarán a salvo", aseguró la mandataria.
Así, por aire se enviaron dos helicópteros, por mar zarparon navíos y por tierra se movía la 8va División de Infantería. La presidenta filipina solicitó además la colaboración del sector privado, la magnitud de la catástrofe fue tal que varios países se sumaron a la ayuda.

Estados Unidos colaboró a las operaciones de rescate enviando dos de los buques que tenía en el sur de Filipinas. Por su parte, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en Filipinas también empezaba a preparar material de primera necesidad a las víctimas.
La causa de esta tragedia serían la tala y la minería realizadas en el área, estas actividades tenían lugar desde hace tres décadas, posteriormente el congresista filipino Roger Mercado de Southern Leyte afirmó las cuales afirmaría que estas fueron las principales culpables.
De esta manera, las causas que mencionó el congresista Mercado crearon una "combinación peligrosa" que produjo un "escenario clásico de deslizamientos de tierra", esto fue corroborado por Dave Petley, profesor del Centro Internacional de Deslizamientos de Tierra de la Universidad de Durham quien informó en una entrevista a la BBC.

Por otro lado, anecdóticamente funcionarios del gobierno local y testigos oculares afirmaron que el lugar del deslizamiento era un área "boscosa", por su parte, la oficina del gobernador dijo que la deforestación por actividades mineras y madereras no era el factor de la causa, sin embargo, no se presentó evidencia científica que respalde tales afirmaciones.
Así, el despacho del gobernador no explicó por qué el suelo se encontraba inestable en el momento del deslizamiento, después de milenios de estabilidad. Por su parte, expertos concordaron que las lluvias torrenciales de esas dos semanas antes de la tragedia fueron el punto de inflexión que dio lugar al desastre.

Estudios demostraron que, las precipitaciones registradas del 4 al 14 de febrero, ascendieron a casi 1.200 mm (47 pulgadas) aflojaron tanto el suelo que dieron lugar a la formación de lodo y rocas, las cuales se precipitaron por las laderas del cercano monte Can-abag, prácticamente desintegrándolo.

La responsabilidad de las lluvias se atribuye al fenómeno climático de La Niña el cual afecto a las costas, así como a la región de Caraga, que al sur de Leyte, adicional a las lluvias, el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología registró un sismo de magnitud 2.6 en el área afectada justo antes del deslizamiento de tierra.
De esa manera todo los acontecimientos se dieron para dar lugar a la tragedia, y aunque los efectos del sismo no fueron del todo claros, es innegable que la falta de arboles debido a la tala indiscriminada aflojaron el suelo y provocaron la catástrofe. La alcaldesa de San Francisco (Leyte), Carie Ladernora, declaró el estado de calamidad en su ciudad el 12 de febrero del año 2006.
Han pasado ya muchos años desde el desastre de Leyte y en la actualidad, los científicos continúan elaborando un documento de síntesis sobre el deslizamiento de tierra, adicionalmente se está elaborando un conjunto de recomendaciones sobre los próximos pasos para Filipinas en relación con los peligros del alud de tierra.

Finalmente, en San Bernardo, un pueblo de la costa, fueron censados 3.000 residentes antes de la tragedia, de acuerdo a datos de la administración local. Los supervivientes entrevistados por medios filipinos contaron a los medios que primero sintieron un terremoto y seguido de ello parte de la montaña Cao-abag se vino encima de la población.
Cuando no hay bosques es imposible frenar la caída directa del agua de lluvia, ya que las raíces de los árboles funcionan como ganchos impidiendo que la tierra se deslice y caiga a los ríos, esto complica la tarea de filtración hacia los mantos freáticos.
El desastre ambiental causado por la progresiva desaparición de la masa forestal ocasiona pérdidas ambientales incalculables y de difícil o imposible recuperación, el caso de Leyte es un ejemplo de como no se puede permitir la tala indiscriminada ya que por unos cuantos dólares se pueden perder muchas vidas humanas y el ecosistema mismo.

"Contar con buenos planes de ordenamiento, cuidar las zonas más inclinadas y no permitir ahí tala para la agricultura y ganadería, evita tragedias, favorece al hombre y protege la naturaleza"