El hundimiento del Amoco Cádiz en Bretaña, Francia.

03.05.2021

Todo sucedió el 16 de marzo de 1978 cuando el carguero Amoco Cádiz se hundió en aguas de Bretaña (Francia) vertiendo 223.000 toneladas de petróleo ligero y cerca de 4.000 de fuel pesado en el mar, el barco sufrió una avería en el servomotor atascando la pala del timón, dejando sin control al barco que, horas después tocó fondo en las cercanías de Portsall Rocks protagonizando uno de los peores desastres ambientales de la historia.

Cuatro años antes de su hundimiento, el carguero Amoco Cádiz, estaba siendo reparado en los astilleros AESA de Cádiz, junto a el estaban otros dos gemelos, para el mismo reparador. Pasó un tiempo y la antigua Standard Oil of Indiana, que posteriormente sería Amoco, consideró que ya estaba reparado y listo para zarpar.

Sin embargo, lo que inicio con prisa para utilizar el gigante, terminó en el hundimiento del petrolero liberiano en las costas de Bretaña y dejando una impresionante marea negra (procedente del Golfo Pérsico) que invadió la zona.

Se sabe que la causa principal del fatal acontecimiento fue el fallo del servomotor, pero lo cierto es que, a pesar de la influencia de la citada avería técnica, el cúmulo de circunstancias e intereses, que no se prestaron atención, cofluyeron en el desastroso resultado.

El Amoco Cádiz partió con su carga de la mejor manera, sin embargo, las condiciones meteorológicas en altamar se tornaron demás adversas, un mar enojado cuyas olas rompían en cubierta, vientos de fuerza 7 y por supuesto poca visibilidad serían las primeras dificultades del viaje del petrolero.

El barco mantenía una velocidad de 15 nudos, su radar estaba en funcionamiento, sin embargo, de acuerdo con anotaciones del segundo oficial antes de la entrega de su guardia. Sin embargo, cerca de las 09h45 del 16 de marzo, se produjo la avería en el servo, dejando el timón inútil y no fue hasta las 11h20 que el capitán del buque, Pasquale Bardari, vería llegar el desastre.

El capitán Pasquale Bardari, un italiano de 35 años tuvo como su primer mando al Amoco Cádiz, cerca del mediodía preguntó por radio la posición del remolcador más cercano, el "Pacific", (este llegaría al auxilio dentro de una hora después) ya que el jefe de máquinas había informado que la avería no podía ser resuelta con los medios de a bordo.

Así, el reciente capitán Bardari, no pudo contactar con el armador del buque hasta las 15h30, en ese momento no se llegó a un acuerdo en cuanto a los términos económicos del contrato de salvamento, el capitán del barco remolcador, de nacionalidad alemana, pedía un documento firmado para poder trasladarse.

Así pasaba el tiempo y el temporal registraba vientos aproximados a cien km/h los cuales empujaban al petrolero hacia la costa, llegaron las 19h y el buque ya estaba a cinco millas de los acantilados, la noche llegaba y los intentos para darle remolque habían fracasado hasta el momento, sin embargo, cerca de las 20h30 se consiguió engancharlo, pero desafortunadamente ya no se pudo controlarlo.

A las 21h más o menos, la cámara de bombas comenzó a inundarse y posteriormente le seguiría la sala de control, el derrame del crudo iniciaba y, se calculaba que para cuando toque fondo, el petrolero estaría a unas dos millas de la costa.

Así, a las 23h y el remolcador de salvamento "Simson" llegó e intentó ayudar, pero ya era tarde, la situación del Amoco Cádiz era conocida por las autoridades marítimas francesas desde hacía horas, sin embargo, no se actuó con la rapidez necesaria.

Horas más tarde, la tripulación del Cádiz fue evacuada por el helicóptero de la Aviación Nacional francesa, y muchos medios coinciden que por ese mismo medio podría haber llegado un equipo técnico de Astilleros Españoles capaces de reparar la avería del servomotor.

Para el 17 de marzo, cerca de las 10h, el casco del Amoco Cádiz se partió en dos y liberó casi toda su carga; pasaron tan solo once días cuando se produjo una nueva rotura que resquebrajo los duros embates y, la desolación de la marea negra aún permanece en el recuerdo, tras las penalidades sufridas.

El petrolero "Amoco Cádiz", contratado por Amoco Transport Co., formaba parte de grupo de buques construidos en los Astilleros Españoles ubicados en Cádiz, en su último viaje debía llevar 1,6 millones de barriles de crudo desde Ras Tanura y Kharg Island con destino a refinerías de Lyme Bay, Reino Unido y Rotterdam, Holanda, cuyo pedido fue realizado por Shell.

El hundimiento finalmente fue registrado en las costas de Bretaña dejando una marea negra que invadió las costas francesas, llego al canal de la mancha y a la bahía de Portsall.

El saldo fue más de 400 km de costa afectados por la marea, miles de especies de aves muertas gracias a que quedaban cubiertas por la capa densa y viscosa de petróleo, que acabó con su capacidad de movimiento de respiración y alimentación debido a que las especies que eran su comida también fueron contaminadas.

Los daños de este suceso fueron de proporciones enormes, cerca del 95% de los berberechos, casi el 90% de las navajas, y el 50% de bueyes de mar, así como el 40% de cangrejos fueron victimas de esta tragedia directamente y murieron. El número de aves, peces y por supuesto flora marina que se perdió en el desastre fue incalculable.

Tras un juicio de 15 años, se condenó a Amoco Transport a pagar 25.000 millones de pesetas de aquella época para indemnizar los daños causados. Al cambio fueron mil millones de francos los que fueron destinados a reparar las perjudicadas costas francesas.

Un tribunal estadounidense, además, obligó a Amoco indemnizar con 85 millones de dólares a los pescadores, propietarios de hoteles y por supuesto ciudadanos franceses perjudicados directamente por la gran marea negra presente en las aguas. Al cambio, el coste de la indemnización sería alrededor de 10.000 millones de pesetas.

Finalmente, el accidente causó conmoción en la sociedad e impactó la conciencia del humano ante los daños al ambiente. Para controlar el desastre, se intentó desde el vertido de productos químicos para neutralizar el fuel, bombas para quemarlo y posteriormente la tarea manual de los hombres y mujeres quienes se dedicaron con palas y sus propias manos a recoger el fuel de la costa.

Así la tragedia ambiental del Amoco Cádiz es y será recordada como una de las más grandes en la historia del ambiente mundial, sus daños no solo quedaron en las costas y los lugares cercanos, se cree que el impacto en la cadena trofica es bastante grande y será dificil de corregir. 

"El Amoco, murió deshonrado por la desfachatez de las autoridades francesas que no llegaron antes, la parsimonia del armador y la codicia de los remolcadores", 

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