Fuga de gas isocianato de metilo en Bhopal, India.
La tragedia ocurrida por la fuga de isocianato de metilo producida en la fábrica de plaguicidas Union Carbide ubicada en Bhopal, India, dejó como saldo mortal a más de 7000 muertos, miles de lesionados y, 35 años más tarde, continúa dañando a la población.
La madrugada del 3 de diciembre de 1984 una nube tóxica invadió la ciudad de Bhopal, estado de Madhya Pradesh, India. La fábrica de plaguicidas Union Carbide dejó escapar aproximadamente 26 Tm de isocianato de metilo (MIC), un gas sumamente tóxico empleado para fabricar insecticidas, el gas terminó cubriendo gran parte de Bophal y a aproximadamente 800.000 habitantes.
Aunque las cifras de muertos y heridos son imprecisas, se puede decir que se produjeron entre 2.500 y 4.000 muertos, además de 180.000 heridos y afectados, muchas personas estaban durmiendo a esa hora y no hubo tiempo de escapar. Murieron también centenares de animales domésticos, silvestres y de uso comercial, se contaminaron los pozos de agua que afectaron a las familias que la bebieron.
El accidente se produjo debido a un aumento de presión en el tanque de almacenamiento, que hizo se abriera la válvula de seguridad y lo liberara a la atmósfera. Los sistemas de seguridad de la planta, como el lavador de gases y la torre de quemado, no funcionaron para evitar la tragedia.
Se conoce que la línea de salida de venteo era enviada a un lavador de gases y así neutralizar la emisión de MIC, además, había la posibilidad de enviar los gases de venteo hacia una antorcha de la planta, sin embargo, el sistema de refrigeración de los depósitos de almacenamiento fue desmantelado para 1984, retirándose el refrigerante.
Previamente, en 1982, el equipo de auditores de seguridad de Union Carbide, luego de una visita a la planta se emitió un informe el cual señalaba importantes deficiencias en los sistemas de seguridad, además de corrosiones y posibilidad de fuga de gases. Cabe mencionar que entre 1981 y 1984 hubo varios accidentes graves en la planta, varios trabajadores muertos y heridos manifestando una situación preocupante.
La noche del 2 de diciembre de 1984, la sala de control detectó un aumento de presión en el depósito 610, alcanzaron 3,8 bares de presión al cabo de hora y media. Se detectó que el recubrimiento del depósito estaba agrietado por la elevada temperatura en su interior, la alta presión hizo que se abriera la válvula de seguridad liberando el MIC. A la 1:00 hora se dio la alarma y sucedió el desastre.
El sistema de lavado fue insuficiente, para tratar de combatir la fuga, se conectaron cañones de agua con los que se intentó alcanzar la salida de los gases, cosa que no se consiguió. Aproximadamente a las 2:00, se cerró la válvula de seguridad y al fin la emisión de MIC se detuvo.
Las investigaciones posteriores determinaron que aproximadamente 25 Tm de MIC en fueron emitidos, se menciona además que el depósito aguantó posiblemente por el recubrimiento exterior, evitando un desastre aún mayor. Se sabe también que el lavador de gases se había desconectado días antes y que la antorcha estaba fuera de servicio por corrosiones.
La nube tóxica se extendió hacia las áreas pobladas, una de ellas, Railway Colony (donde vivían aproximadamente 10.000 personas) estaba situada a 2 km de la planta, en 4 minutos de exposición al gas murieron 150 personas, 200 quedaron paralizadas, unas 600 quedaron inconscientes, hasta 5.000 sufrieron graves daños. Muchas personas intentaron huir, pero lo hicieron en la dirección de avance de la nube tóxica.
Los horrores que se vivieron aquella noche son difíciles de describir por muchos, los supervivientes explican historias de pánico, desesperación y muerte, cuentan que todo el mundo corría para escapar de aquello que no se podía ver ni tocar, que no tenía nombre, origen o forma, la muerte invisible.
Muchas personas quedaron ciegas, en algunos casos sufrieron la destrucción del olfato, oído o tacto, muchas otras sucumbieron a efecto neurológicos, inmunológicos y cancerígenos, la inhalación continua durante unos minutos provocó la muerte por quemadura química de los pulmones de las personas que estuvieron más expuestas.
La catástrofe afectó a mujeres en estado de gestación provocándoles abortos espontáneos, las que dieron a luz en los meses siguientes, alumbraron hijos con malformaciones congénitas, el químico provocó daños genéticos y hormonales en las personas.
El aire en Bhopal quemaba la piel, los ojos, los pulmones... cuando salió el sol el panorama era desolador: cuerpos amontonados uno sobre otro, familias enteras sin vida, muchas casas estaban llenas de cadáveres y la gente aún sufría los efectos de la nube tóxica. Ese día Bhopal se despertó dentro de una pesadilla.
Los despachos y oficinas empezaban la guerra para encontrar el culpable, ante esto, Union Carbide intentó defenderse con una improbable excusa de sabotaje, sin embargo, las investigaciones revelaron que había sido la baja preocupación de la misma compañía la que había provocado el incidente.
Cinco años después del desastre, Union Carbide tuvo que realizar un estudio sobre los niveles de toxicidad en el terreno de sus instalaciones, el resultado fue tan nefasto que nunca se publico. Así, Union Carbide nunca admitió su responsabilidad en la tragedia y continúa negando la evidencia.
Actualmente, Union Carbide es propiedad de la multinacional Dow Chemical, la cual adquirió todos sus derechos y deberes, sin embargo, ellos tampoco se han dignado ni siquiera en limpiar la planta la cual sigue llena de productos tóxicos que siguen envenenando el terreno.
Se sabe que el MIC es un producto altamente tóxico y muy reactivo, utilizado para polimerizar reactivos como hierro o cloruros, esta sustancia se puede absorber a través de la piel y por inhalación; este gas ataca a los sistemas respiratorio y circulatorio, presentando síntomas similares a los de un ataque de asma.
Aún ahora, después de 35 años del accidente, la población sufre las graves secuelas: nacen niños con discapacidades físicas y psíquicas, ciegos y sordos. con enfermedades crónicas, problemas respiratorios, ceguera, cánceres y desórdenes hormonales.
Muchos autores lo consideran el peor desastre de toda la industria química.