La contaminación del agua y sus efectos
A medida que la tecnología crece, actualmente los científicos son capaces de detectar los elementos contaminantes en el agua, la tecnología ha avanzado tanto que es posible detectarlos en cantidades más pequeñas, es por este motivo que es necesario aprovechar la tecnología para tomar conciencia y cuidar el ambiente y la naturaleza que permite nuestra vida en el planeta.
Así, mediante el uso de técnicas de análisis actuales, se pueden encontrar todos los compuestos presentes en los depósitos de agua dulce de la Tierra, así como en nuestros lagos, ríos, arroyos y depósitos subterráneos, los cuales contienen a menudo un coctel químico en los que se puede encontrar desde píldoras anticonceptivas, cremas solares, hasta pesticidas y como no podía faltar petróleo y combustibles fósiles.
Además de toda esta contaminación sintética, hay que mencionar que el agua dulce también es el punto final de nuestros desperdicios biológicos, de esta forma los contaminantes llegan en forma de aguas residuales, conteniendo excrementos animales, y también se los puede encontrar hasta en el agua de lluvia, la cual contiene una mezclada con fertilizantes ricos en nutrientes provenientes de jardines y granjas.
De esta manera es como esos nutrientes se abren camino a través de los ríos y en dirección hacia los mares, en ocasiones, su acumulación hace que el agua contaminada no circule y se crean zonas sin oxígeno y por tanto sin vida en las zonas costeras de los océanos, dejando en evidencia contundente que la conexión entre tierra y mar sea dolorosamente obvia.
Un claro ejemplo es cuando echas pintura al por el inodoro, este contaminante a menudo acaba en el océano, y tuvo un gran viaje a través de los conductos de agua dulce, contaminando y afectando a muchas especies de fauna y flora.
Volviendo al mundo "desarrollado" en el que vivimos, las regulaciones impuestas por los gobiernos han restringido el vertido de contaminantes procedentes de contaminantes industriales y de los procesos agrícolas en los lagos, arroyos y por supuesto ríos. Por su parte, la tecnología también ha ofrecido soluciones, algunas como costosas filtraciones y otras como plantas de tratamiento que convierten nuestra agua potable en agua para un consumo saludable.
Como otras alternativas, algunas ciudades están promoviendo la llamada infraestructura "verde", estas se refieren a los tejados verdes y a los jardines de lluvia, como maneras de filtrar la contaminación de forma natural. Sin embargo, podemos observar otra realidad en países en vías de desarrollo, donde hay menos infraestructura política, económica y técnica para tratar con la lluvia de amenazas contaminantes para el agua dulce y todas las especies de fauna y flora que dependen de ella.
Algunos datos curiosos:
En algunos países "desarrollados", cerca del 70 por ciento de los desperdicios industriales son vertidos a las aguas sin pasar por un tratamiento de aguas correcto, así, son vertidos y van contaminando el suministro de agua potable.
De media, muchos de los países desarrollados utilizan aproximadamente 99 millones de libras (45 millones de kilogramos) de fertilizantes y productos químicos para potenciar sus cultivos cada año, al entrar en contacto con el agua de lluvia, provocan escorrentía y esto ocasiona que los contaminantes viajen y se distribuyan en la red trófica.
Algunas ciudades han tomado el ejemplo de Portland, Oregon, ciudad en la cual se está fomentando activamente el uso de tejados verdes y calles verdes para evitar desbordes del alcantarillado hacia el Río Willamette. Por su parte, los tejados con flora están ayudando a atraer el agua de las tormentas, de esta manera ayudan a refrescar el ambiente urbano, y generan fuentes de trabajo a los jardineros de dichos tejados.
El grano de arena que podemos aportar al planeta es simple, no desperdiciar el agua, usar lo justo y necesario ya que es suficiente, reutilizar el agua que se pueda, por ejemplo el agua de lluvia recolectada, se puede ser utilizada para limpiar o inclusive puede ocuparse para una cisterna que alimente los retretes, por último, no debemos arrojar aceites o químicos por las tuberías ya que estos van hacia los rios, lo correcto sería separar los aceites en recipientes y destinarlos a lugares de tratamiento y reciclaje.