La niebla asesina de Londres, Inglaterra 

20.03.2021

La niebla asesina, también conocida como El gran smog de Londres fue una nube de smog letal que cubrió la ciudad de Londres aproximadamente durante cinco días (5-9 de diciembre) en 1952, su causa fue por una combinación de contaminación industrial y condiciones climáticas de alta presión en Londres, Inglaterra.

Esta combinación de humo y niebla (smog) llevó a la ciudad a un punto muerto, en donde el simple hecho de respirar resultó en miles de muertes, este gran impacto ambiental trajo consecuencias que impulsaron la aprobación de la "Ley de Aire Limpio" cuatro años después, esta ley, marcó un punto de inflexión en la historia del ecologismo.

Previamente al fenómeno de la "niebla de Londres" la ciudad ya presentaba nieblas extrañas de color particular, los londinenses las conocían como "pea-soupers" debido a su apariencia densa y amarilla, estas nieblas que lo cubrían todo se habían convertido en un sello característico para Londres en el siglo XIII.

Sin embargo, la niebla contaminada se convirtió en una amenaza para Londres ya en el siglo XIX, debido a la quema de carbón ya que la situación solo empeoró a medida que la ciudad continuó expandiéndose. En la década de 1600 ya existían quejas sobre el humo y la contaminación, las cuales aumentaron hasta que finalmente se aprobó una legislación ineficaz bajo el rey Jaime I para restringir la quema de carbón.

Por su parte, el rápido aumento de la industrialización comenzó a finales de 1700 empeorando aún más las condiciones, para esta etapa las neblinas no eran formaciones naturales de la atmósfera ya que el vapor de agua se pegaba a las partículas liberadas por las fábricas de combustión de carbón, esto formaba las nubes oscuras y pesadas que deterioraban la visibilidad.

Esta variedad de niebla formada gracias a las acciones del ser humano, más tarde se conocería como smog (la fusión de las palabras humo + niebla), el término Smog sería entonces un término inventado por un londinense a principios del siglo XX.

En el siglo XIX con la propagación de la Revolución Industrial y el rápido crecimiento de la metrópolis, la contaminación del aire alcanzaría una crisis, y es que el aumento de los incendios domésticos (chimeneas), emisiones de hornos de fábrica y otras causas, significó que las emisiones contaminadas aumentaran de manera considerable.

Esta atmósfera cargada de niebla de Londres pronto sería retratada vívidamente en las novelas de Charles Dickens (cuento de navidad) y Arthur Conan Doyle (sherlock Holmes). Las nieblas de Londres duraban y a pesar del deterioro de la salud pública, poco se hizo para controlar el smog, todo debido a la gran cantidad de puestos de trabajo que proporcionaron las fábricas y las comodidades que ofrecieron los incendios de carbón domésticos (chimeneas).

Para 1952, El Gran Smog fue una catástrofe sin precedentes, el clima sumado a la contaminación, provocaron que las nieblas de Londres se vuelvan más infrecuentes, la situación llego a ser insostenible y las fábricas comenzaron a migrar fuera de la ciudad.

Más tarde, el 5 de diciembre, un anticiclón se instaló sobre Londres, (un anticiclón es un sistema meteorológico o zona atmosférica de alta presión) causando una inversión térmica por la que el aire frío quedó atrapado debajo del aire caliente más arriba.

Como consecuencia, las emisiones de las fábricas y la calefacción de las casas no pudieron liberarse a la atmósfera por cuanto permanecieron atrapadas cerca del nivel del suelo. El resultado de esto fue la peor niebla basada en la contaminación en la historia de la ciudad y una de las catástrofes ambientales más recordadas.

En algunas partes de Londres los peatones no podían ver ni siquiera sus propios pies, el transporte tuvo que ser severamente restringido (con excepción del metro) inclusive los servicios de ambulancia sufrieron, consecuencia de esto, la gente tuvo que encontrar su propio camino a los hospitales en medio del smog.

En poco tiempo Londres sufrió una especie de penumbra, muchas personas abandonaron sus coches en la carretera, obras de teatro y conciertos en interiores tuvieron que ser cancelados ya que el público no pudo ver el escenario, aumentó la delincuencia en las calles gracias a la falta de visibilidad.

Los estragos en la vida de los humanos no se hicieron esperar, las muertes y hospitalizaciones fueron relacionadas con neumonía y bronquitis producto de la niebla, todo llego a tal punto que inclusive los rebaños de ganado en Smithfield (un barrio al noroeste de la ciudad de Londres) se ahogaron hasta la muerte.

La niebla asesina duró cinco días, finalmente el 9 de diciembre desapareció el tormento, la gravedad de este acontecimiento no se apreció plenamente hasta que el registrador general publicó que el número de muertes llegaba a alrededor de 4.000. Sin embargo, los efectos de la niebla perduraron, las estimaciones actuales proponen que el número de muertes sería de alrededor de 12.000.

Después de lo sucedido en 1952, no se pudo negar la gravedad de la contaminación del aire de Londres, el gobierno británico finalmente aprobó la Ley de Aire Limpio cuatro años más tarde, como respuesta directa a lo sucedido con la niebla letal, esta ley estableció áreas libres de humo en toda la ciudad y restringió la quema de carbón tanto para uso doméstico como para hornos industriales.

Finalmente, se ofrecieron subvenciones a los propietarios para permitirles cambiar a diferentes fuentes de calefacción, alternativas como petróleo, gas natural y electricidad fueron las más utilizadas. A pesar de que el cambio fue gradual y Londres enfrentó otra crisis de smog en 1962, la Ley de Aire Limpio se considera como un evento importante en la historia del ecologismo, además, ayudó a mejorar la salud pública en Gran Bretaña y dejó una enseñanza al mundo entero.

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